Opinión

El mar merece respeto, aun así reclama y admite audacias, quizás motivadas por el horizonte casi infinito. El ser humano, en la búsqueda de sí mismo, de completar inquietudes y afanes, de responder a su curiosidad, acepta con gusto el reto de los nuevos rumbos, sugeridos por el permanente otear –en el sentido de escudriñar, registrar o mirar con cuidado– desde la costa acantilada o arenosa; por los astros, con sus sugerencias y misteriosas desapariciones, con su luz y sus sombras; por los vientos y sus furias; por los objetos bárbaros dibujados de adarce y depositados sobre las playas, en la rayuela de las mareas; o por los propios variados peces, amorfos a veces, sin duda origen de los mitos. Del mar venimos, de él escuchamos historias de taberna, con matices salitrosos y sabor a aventura, fruto de la realidad o de la imaginación poderosa de los navegantes ya sin cubierta, narradores impagables de verdades y de sueños, de amores insondables con sirenas, y de esos pequeños tesoros que suponen su relato a toda vela, inspiradores de literatos y poetas. Y al mar tornamos siempre, porque la vida va, como la nave de Fellini, y vuelve, con sus desafíos, con la necesidad de rellenar cada día con renovados entusiasmos.

“El ‘Ñangaré’, la bebida sagrada, se ofrece a ‘Olofi, Olorun y Oloddumare’ en una ‘güira’ pequeña, para comenzar las ceremonias de la regla de ‘Ocha o de Ifá’. Se perfilan sus facciones atentas y serias y sus miradas fijas en el espacio infinito del cielo. La iglesia del barrio abre sus puertas a la misa para los fieles y alrededor, se forman grupos de vecinos, creyentes y devotos, mujeres y hombres, vestidos con algún toque del color de su ‘orisha’ tutelar. En este caso prevalece, ante la Iglesia de la Regla, el azul de matices múltiples en honor de ‘Yemayá’, patrona del puerto de La Habana, dueña de los mares y de las costas, indomable y astuta en su cólera, pero justiciera y asimismo terrible”, asevera la etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui en su imprescindible monografía Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, con fotos de Emilio Reyes Pérez, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Velado, Ciudad de La Habana, 1997.

Con la serenidad de las mareas calmas en las rías, los gallegos expresaron su parecer en las urnas. Lo hicieron con libertad y en democracia, obviando la marea de contaminación mediática, la prisa por crear otro ‘Prestige’ y un debate nacional sobre amnistías e indultos. En esta campaña fuimos víctimas de un sistema perverso, propuesto por los mismos que nos intentaron inundar de pellets llegados de unos contenedores que alguien, algún día, nos explicará quién lanzó al agua y, lo más difícil, cómo pudieron abrirse.

Sempre se fala dos compositores como creadores do tango riopratense pero no alborecer do tango as cousas foron doutro xeito xa que o tango antes que nada foi unha danza. Logo e xa cunha música orixinal consolidada é cando os bailaríns-creadores engaden todas as figuras por eles inventadas. O tango-danza nace como un baile de carácter esencialmente popular pois nas cidades de Bos Aires, Montevideo e Rosario había, agardando, amplos e axeitados escenarios. A suma de achegas crea unha danza que despois será canción e orquestra e Carlos Gardel. É ben sabido que diante de Gardel (Carlos Escayola Oliva) todos os riopratenses de certa idade sinten morriña e ninguén quere bailar xa que a súa voz é para meditar, reflexionar e gozar, sen présa, dun saboroso mate.

“La nobleza y la alta burguesía del siglo XVIII intenta paliar la ‘nostalgia por el campo’, lugar de la inocencia perdida divinizado por Rousseau, con la creación de sus propias ‘vaquerías’ y otros edificios pintorescamente rústicos. James Malton, autor de un volumen dedicado a diseños de villas, publicado en 1802, afirmaba: ‘Los sabios, los virtuosamente independientes, que prefieren el puro y tranquilo retiro del campo, a las fétidas alegrías de la ciudad tumultuosa, son los que tienen las mayores probabilidades de disfrutar esa bendición de la vida, la felicidad’. Esta idea, que ha llegado prácticamente inalterable hasta hoy, está en la base del balneario”, afirma Yolanda Pérez Sánchez, responsable del texto histórico de la enriquecedora obra –documentación y fotografías de época– titulada Buvette, Fundación Mondariz Balneario. Aguas de Mondariz, Fuente del Val, S.A., 2008.

“El semen en el interior de la figura de un hombre, recogido en un pedazo de algodón, el zumo de tres limones, aceite de palo, bálsamo tranquilo, adormidera, tierra de muerto y palo amansaguapo rayado. Se pone delante de ‘Elegguá’ tres días con una vela encendida y después se lleva al cementerio. Más adelante, hallamos naranjas, flores y miel con el nombre de la pareja que se quiere ‘amarrar’; también cocos, botellas de filtros mágicos y velas en un entorno que lleva la carga mágica de esta Isla nuestra, de ‘Egguns, Ikú y Ará-Onú’. Estos ‘trabajos’ son los más comunes, los llamados ‘eddi’; las uniones de la pareja evitando toda intervención que provoque separaciones y rompimientos dolorosos”, nos explica Natalia Bolívar Aróstegui en su concienzuda obra titulada Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997.

 

Sebastián Piñera, expresidente de Chile, participó por primera vez en el Foro La Toja el pasado mes de septiembre del 2023, entre los días 28 y 30, en la que dijo era su primera visita en la isla. Su calidez humana se ganó de manera inmediata la simpatía de los asistentes. Su saber y experiencia, como político y empresario de éxito, se evidenciaron en la mesa en la que participó junto a Mariano Rajoy, moderada por Trinidad Jiménez, en lo que se denomina ‘Diálogo de presidentes’. El líder iberoamericano daba el relevo a Felipe González, presente en las tres ediciones anteriores, ausente por la investidura de Sánchez, celebrada ese mismo día.

“Uno de los requisitos que una clientela distinguida exigía a las aguas termales era su ‘conveniencia’. Como atestigua Emilia Pardo Bazán, algunas estaban socialmente mejor consideradas que otras. Y afirmaba: ‘Entre las aguas minerales las hay que es honroso beber, y las hay que es sospechoso y denigrante. No he de especificar estas últimas, líbreme Dios, por lo mismo que su nombre, virtudes y efectos están en la memoria y en la mente de todos, pero al frente de las primeras, de las que viste bien tomar y necesitar, figuran las bicarbonatado-sódicas –Vichy, Mondariz–. Sin afirmar que sólo acuda a estas fuentes la gente de entendimiento, de verdadera actividad cerebral y de alta cultura, digo que en ellas siempre la he visto en mayoría”, señala Yolanda Pérez Sánchez, responsable del texto histórico correspondiente a la magnífica obra titulada Buvette. Fundación Mondariz Balneario, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008.

“Después, por medio del ‘obbi’, se pregunta para estar seguro que aceptó esta fiesta en donde también se le ponen comidas sólo degustadas por el ‘orisha’, como el ‘Amalá ilá’, harina de maíz con quimbombó para ‘Changó’; también, el ‘Ochinchín’, guiso de camarones, acelgas y tomates de ‘Yemayá’ y ‘Ochún’, y muchos otros que harían esta lista interminable. Estas formas de complacer a los ‘orishas’ se llaman ‘ebbó’ y ‘addimú’, y vienen dadas generalmente a la hora del registro por el ‘Diloggún’, o el ‘oráculo de Ifá’. De acuerdo con el ‘oddun’ que salga, estas ofrendas de comidas y dulces se colocarán en donde marque la tirada; o sea, en el parque, al lado de una palma, a la entrada de un monte o en una loma”, leemos en la ‘Introducción’ de la obraCuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997, cuya autoría corresponde a la reconocida historiadora y etnógrafa Natalia Bolívar Aróstegui.

(En homenaje a Manuel Fraga, presidente de la Xunta de Galicia 1990-2005, en el decimosegundo aniversario de su fallecimiento)

En 1993, Manuel Fraga consolidó su mayoría absoluta, con un resultado que todavía es récord de las Elecciones al Parlamento de Galicia: 43 diputados. El León de Villalba, del que el 15 de enero se cumplieron once años de su desaparición física, veía recompensado su trabajo en favor de la modernización de una Comunidad Autónoma tan histórica como olvidada, justo hasta que el 5 de febrero de 1990 un rugido de gaitas atravesó esa hermosa selva de piedras que es la Plaza del Obradoiro.

“Es difícil establecer el porcentaje de verdaderos enfermos que acudían al balneario, ya que, principalmente, se trataba de estar en el ‘marco adecuado’ impuesto por la moda. El ‘snobismo’ que produce la imitación de los hábitos de las clases superiores es un factor decisivo para el éxito del termalismo: el agüista busca en el balneario la confirmación de su categoría social o su compañía. Esto originaba una curiosa mezcla: miembros de las clases altas, hombres de estado, eclesiásticos, militares, artistas o aventureros. El balneario, como el ‘Gran Hotel’, es uno de los espacios predilectos de la sociedad; en ellos se albergan reyes, artistas, políticos y otras personalidades, alrededor de las cuales se celebran reuniones políticas, sociales y culturales”, leemos en las páginas del conmemorativo libro titulado Buvette –bellamente ilustrado con fotografías de época–, Aguas de Mondariz. Fuente del Val, S.A., 2008, correspondiendo el texto a Yolanda Pérez Sánchez y la fotografía a Enrique Touriño.

“En realidad, ¿qué son los ‘sarayeyes, ebbó, ebbora, addimú, ebbó iparo ori, eddi y bilongos? Podemos explicarlos en su conjunto y a cada uno de ellos por separado. Cuando por alguna razón poderosa nos dirigimos a los oráculos propios de la ‘Regla de Ocha’ –el “Diloggún o el oráculo de Ifá”–, para consultar problemas acerca de nuestra vida diría como, por ejemplo, la pérdida del trabajo, trastornos en la salud, conflictos matrimoniales o amorosos imposibles, muertos que nos acompañan y no nos dejan vivir en paz por una mala jugada del destino, estos sistemas de adivinación nos dirán las formas de evitarlos o superarlos, de acercarlos o desprendernos de ellos”, escribe en su breve ‘Introducción’ la ensayista y reconocida etnógrafa cubana –nacida en La Habana en 1934– Natalia Bolívar Aróstegui al frente de su obra titulada Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico –acompañada de las necesarias fotografías de Emilio Reyes Pérez–, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, La Habana, 1997.

“Durante el siglo XIX la sociedad francesa era el modelo de la sociedad cosmopolita europea, y el París creado por Haussmann, con sus grandes avenidas iluminadas y lujosas viviendas abuhardilladas, la ciudad ideal. Pero, a partir de la primera década del siglo XX, Inglaterra toma el relevo como el principal referente de la alta sociedad europea. La enorme influencia de los valores y estilos de vida ingleses en la aristocracia española, como en el resto de Europa, es un dato bien conocido. La moda de imitar las costumbres inglesas, inequívoca muestra distinción, afectaba tanto a la vestimenta y a ciertas expresiones, como a los juegos, deportes, y las prácticas de higiene introducidas por Gran Bretaña”, leemos en las páginas de Buvette. Fundación Mondariz Balneario, 2008, con el texto histórico a cargo de Yolanda Pérez Sánchez y fotografías de Enrique Touriño.

“El hombre, a lo largo de toda su existencia, busca la supervivencia, en cualquier estadio, en cualquier sociedad; así también busca cualquier manifestación religiosa. En este trabajo trataremos la manifestación conocida como ‘Regla de Ocha o Santería’. Los practicantes de esta manifestación, tan antigua como antigua es la Humanidad, provinieron del vasto territorio de los ‘yorubas’ –disciplinados, organizados, ricos en bronce, oro y marfil– y han dejado sus huellas en las artes del mundo entero mediante la simplificación de sus líneas y el abstraccionismo del hieratismo, en máscaras y figuras de belleza inigualable, al atravesar el océano Atlántico entre los siglos XVI y XIX”, leemos en la ‘Introducción’ del libro Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Ciudad de La Habana, 1997. Monografía elaborada por Natalia Bolívar Aróstegui y cuyas fotografías corresponden a Emilio Reyes Pérez.

“Mondariz debe agradecer el esfuerzo de muchas personas a lo largo de varias generaciones. Este reconocimiento es –sin duda– por el que nuestro libro debe empezar. Porque en 2008 se cumplen ciento treinta y cinco años desde que el ‘Agua de Mondariz’ fue declarada de ‘utilidad pública’, y ciento diez desde que el ‘Gran Hotel Balneario de Mondariz’ abría sus puertas por primera vez. Las mismas puertas que luego quemó el fuego… y se volvieron a abrir. También hace cien años que se empezó a construir la primera planta de embotellado, el pabellón de ‘Gándara’. ¿Un último aniversario en 2008? Veinte años desde que Javier Solano llegó a ‘Aguas de Mondariz’, recuperando tiempo perdido y rematando obras que nunca habían sido terminadas”, escribe Javier R. Losada Boedo, Director Gerente de “Aguas de Mondariz, Fonte del Val, S.A.”, en las palabras preliminares, a modo de “proemio”, de Buvette, edición a cargo de la “Fundación Mondariz Balneario”, 2008.

“Hay que situar la oralidad en el hogar y en la amistad”. Nélida Piñón era un torrente de sabiduría, un manantial, un río inmenso camino de un océano infinito, que se crecía en cada recodo, en todo camino sinuoso, en cada meandro, espuerta o pantano. De sus silencios manaba inmediatamente una fuente de sabiduría contrastada. Cuantos la conocimos admiramos su escita. Oh, sí, claro que sí. Nos pudimos entusiasmar con sus reflujos, con sus explicaciones emanadas del cúmulo, desde los mismos basamentos de la historia, que ella supo recorrer y actualizar de la mano de Homero, Virgilio, Cervantes, Camões, Machado de Assis o Borges. Oh, cuántos caminos, cuántos kilómetros de sabiduría, cuánto que agregar a cada paso, a cada cita, a cada palabra. Flujos y reflujos, como las mareas sabias, moderadas de siglos, rotas de ecos y tempestades, erosión autorizada, artística.

O tango é a música popular e a danza máis representativa das terras riopratenses e forma sólida parte da cultura urbana na Arxentina e no Uruguai. O tango non é folklore xa que posúe autores que son os músicos e letristas. O seu propio nome é motivo de discusión e hai varias teses sobre a posible etimoloxía da voz tango. Roberto Selles di que xunto co tráfico de escravos embarcou tamén un “ritmo polizón” agachado nas mans dos negros. Hai investigadores que sosteñen que o ritmo naceu nas costas de Guinea que era unha zona de forte tráfico escravista. Din que nalgunha das linguas dos escravizados a palabra bailar é tamgu ou tiangu pero no norte de Guinea o bailar é dongo e tomton ou tamtamgo. Para intentar un achegamento a orixe da danza chamado tango hai que visitar a autores como Vicente Rossi, Carlos Vega, Lauro Ayestarán, León Benarós, Ventura R. Lynch, Cédar Viglietti, José S. Tallón, Andrés M. Carretero, Tulio Carella ou Jorge Luis Borges xa que non hai acordo sobre a achega dos africanos na súa xestación.

“Cada vez que se torna al Caribe se le descubre de nuevo. Cosa nada extraña porque lo mismo ocurre con la tierra, los hombres, las letras. El ‘Quijote’ que leemos ahora no es el mismo que leímos a los veinte años. Los montes son de una manera hoy; mañana serán distintos. El progreso natural, los cambios bruscos y radicales que determinan las revoluciones, el número de habitantes de las ciudades que pasa de las seis cifras a las siete, el millón de cubanos peregrinos que hoy forman sus hogares en Estados Unidos y otros lugares del mundo, que antes se estudiara en inglés en las escuelas de La Habana, y hoy haya un número sustancial de jóvenes cubanos que hablan ruso, que islas desde la reina Isabel tuvieron clavada bandera inglesa, ahora tengan la propia y se muevan hacia una independencia creciente, que se estén proyectando otro y otros canales para comunicar los océanos, que Puerto Rico se industrializara, que Papá Doc piense llegar a los noventa años en Haití, que aparezca una ciudad nueva imaginaria llamada Macondo… son novedades que alteran radicalmente la imagen anterior del mar y sus Antillas y de la tierra firme en torno”, escribe Germán Arciniegas en su necesario libro Nueva imagen del Caribe, editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1970.