La Casa das Artes, en Vigo, acoge un ciclo de debate sobre la emigración gallega a Europa

La emigración a Reino Unido en el siglo pasado fue sobre todo un asunto de mujeres

Pasado un tiempo prudencial tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los países de Centroeuropa comenzaron a despegar y a reconocerse necesitados de personal dispuesto a trabajar para reconstruir lo que las bombas y las balas habían reducido a escombros. Tierra de emigrantes por excelencia, Galicia respondió a esa demanda en Reino Unido a partir de 1950, enviando sobre todo mujeres para prestar servicio en las casas señoriales y en los hospitales.

 

La emigración a Reino Unido en el siglo pasado fue sobre todo un asunto de mujeres
Coloquio emigración Reino Unido II
Abel Caballero –en el centro–, durante la inauguración del evento.

Que la emigración a Reino Unido en el siglo pasado fue sobre todo un asunto de mujeres es algo que se puede constatar hoy en día y así quedó patente este jueves en Vigo, durante la primera de las dos mesas redondas del ciclo ‘Olladas sobre a emigración galega a Europa’, programado por la red de museos municipales de la ciudad olívica y por el Consello da Cultura Galega, en apoyo de la muestra ‘As xeracións do Montserrat. Memoria emocional da emigración galega ao Reino Unido’, que se exhibe estos días en la Casa das Artes.

Fue precisamente en este escenario, rodeados de vitrinas con fotos y documentos que muestran historias personales, donde estudiosos de la emigración gallega a Reino Unido y Europa desde mediados del siglo XX expusieron sus conocimientos respecto de un fenómeno del que algunos de ellos pudieron hablar en primera persona, porque participaron del movimiento migratorio que se desencadenó en aquel momento y que los llevó hasta las islas británicas a bordo del ‘Montserrat’.

Es el caso del profesor de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Francisco Durán, quien llegó el 4 de julio de 1969 a Londres, a donde había emigrado su madre, después de enviudar. Producto de su experiencia pero también de sus estudios posteriores, disertó sobre ‘A singularidade do movemento migratorio galego ao Reino Unido’, asegurando que la mayoría de las mujeres que partían lo hacían desde A Coruña y que el objetivo posterior de ese éxodo era el reagrupamiento familiar. También que la emigración estaba focalizada en Londres y que se había establecido un control férreo de los recién llegados, hasta el punto de que nada más pisar territorio británico “había que presentarse a la policía”. La población emigrante tenía muy pocos derechos –“Eran personas con los derechos minorados”, comentó– y, en el caso de los gallegos, estos llegaban con “cierto estigma”, debido a la situación política que se vivía en la España franquista de aquel momento. Como dato curioso a la vez que sorprendente hizo alusión a los controles establecidos sobre la natalidad para evitar el incremento de población entre el colectivo emigrante. “Había que asegurarse de que [las mujeres] no tendrían hijos en el Reino Unido” para poder seguir manteniendo el sistema social implantado en el país, por lo que “quedar embarazada era sinónimo de deportación”, relató también el profesor de la USC.

La mesa redonda en la que participó Durán, que se realizó bajo el título ‘Migracións galegas a Europa, entre memoria e historia’, estuvo coordinada por el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidade de Vigo Luis Domínguez Castro, quien habló sobre ‘A educación sentimental da emigración galega a Europa’. Domínguez distinguió entre los referentes con los que contaban los que se iban a Europa y los que optaban por América, considerando que aquellos disponían de menos, ya que estos tenían familiares en el lugar de destino y las escuelas de indianos los preparaban para instalarse en el nuevo territorio.

“A Europa se iban los exiliados, sobre todo, tras la guerra civil” y después de la Segunda Guerra Mundial, porque en Europa “hacía falta mano de obra”. Pero en Galicia, también “había necesidad de que la gente se fuera” para que entraran divisas, apuntó.

El catedrático recordó que la emigración a la Europa continental se hacía en tren hasta Irún. Los que partían llevaban obligatoriamente pasaporte y “certificado de penales” y “para ser bien recibidos, chorizos, jamón y aguardiente”. Además, con ellos “iba siempre un cura”, matiza, entre los que citó al exdirigente del PNV, ya fallecido, Xabier Arzalluz.

“Socializar en Europa fue más difícil que en América”, constató Domínguez, quien señaló al idioma entre los hándicaps que tenían que superar los emigrantes. Muchos tenían como objetivo el retorno, pero también se facilitaba el reagrupamiento familiar.

La graduada en Historia por la USC Sandra Fernández centró su conferencia en ‘A emigración de mulleres galegas a Reino Unido’, “uno de los países donde las mujeres llegaron a superar a los hombres”, apuntó. La realidad es que “se necesitaba mano de obra barata”, porque el ‘estado del bienestar’ se había instalado ya en el Reino Unido y la incorporación de las mujeres al mundo laboral hacía necesario que otras “las sustituyeran en el hogar”. “Si los emigrantes [en general] ya tenían menos derechos”, en el caso de las mujeres, “era peor”, porque eran “susceptibles de ser explotadas”, contó la graduada. No obstante, lo que las impulsaba a salir al exterior era la posibilidad de acceder “a un sueldo” y poder contar con una “remuneración mayor”.

Fernández aprovechó su intervención para exponer el curioso caso de una mujer emigrada que, en aquellos tiempos, ya mostraba inquietudes y deseos de hacer su vida en el exterior, pero que acabó sucumbiendo y adaptándose al plan de su marido.

La mesa redonda también contó con la participación del profesor de Lingua e Literatura Galega del Instituto Arcebispo Xelmirez II Xaime Varela Sieiro, quien estuvo cuatro años en Londres como profesor en el instituto Vicente Cañada Blanch, donde “el 90% de los estudiantes son gallegos”.

Valera Sieiro aludió a los gallegos que han conseguido hacerse un nombre en Londres gracias a su valía profesional y a su trabajo y, en ese contexto, hizo referencia al caso de Aurelia, una costurera gallega que llegó a hacerse multimillonaria cosiendo para importantes personalidades del lugar. También se refirió al restaurante ‘Galicia’, inmueble ubicado en el 323 de Portobello Road –hoy es propiedad del cantante Ed Sheeran– del que Kate Moss era una de sus más fieles clientes. Mención especial hizo del padre Atanes, quien fue “el gran apoyo de muchas mujeres que fueron a Londres por motivos sanitarios”, así como de algunas de las personas destacadas que hoy en día se encuentran en la cima en sus profesiones y no se plantean retornar, debido a las oportunidades que se generan en la capital británica. Entre ellas citó a Inma Gil Robles, periodista de la BBC, y a la diseñadora Arancha Vilas, quien está detrás del diseño de los tejidos de la serie ‘La Princesa Blanca’. Asimismo, reconoció la labor que llevó a cabo el Centro Gallego de la capital británica, y a acontecimientos celebrados por la colectividad en Londres, como el homenaje a Pucho Boedo, quien se encontraba muy delicado de salud, en el que participaron, entre otros, Suso Vaamonde, y por el que hubo gente que pagó hasta 20.000 pesetas por estar en el Odeón Hamermiths de Londres.

Tras la cita de este jueves en la Casa das Artes, el ciclo de debates tendrá continuidad el próximo 9 de mayo, en el mismo escenario. Bajo el título ‘Emigración e literatura’, intervendrán en esa ocasión la escritora y profesora en la Facultad de Filoloxía de la Universidad de Santiago de Compostela María Alonso Alonso, quien pronunciará la conferencia ‘Xeración Ryanair. Unha ollada dende o século XXI á emigración galega’. Participarán también la periodista y escritora María Xosé Porteiro –‘A Galicia que construíu Europa coas mans’– y el escritor y biólogo Xavier Queipo, con la ponencia ‘(h) emigracións’. Como coordinadora de la jornada figura Dolores Vilavedra Fernández, de la USC, quien ofrecerá ‘Unha ollada panorámica dende a literatura’.

El alcalde Abel Caballero, un joven universitario en Essex

La inauguración del ciclo de debate sobre la emigración gallega a Europa corrió a cargo del alcalde de Vigo, Abel Caballero, quien también tiene experiencia de haber residido en territorio británico. El primer regidor vigués, que estudió en la Universidad de Essex, salió con rumbo al Reino Unido en agosto de 1972. A sus 77 años, desconoce si viajó en el ‘Montserrat’ o en el ‘Begoña’, pero lo que sí recuerda con claridad es el momento en el que tuvo que demostrar que podía sobrevivir en territorio británico. Tuvo que enseñar los recursos de que disponía y eso sí que fue para él “una humillación”.

La emigración era la válvula de escape que la generación del alcalde de Vigo tuvo a su alcance en la postguerra. Unos iban a Francia, otros a Suiza, Holanda o Inglaterra, pero cuando España “empezó a crecer, algunos volvían” para trabajar en la construcción y los que habían adquirido cierta formación, en los bancos. Los que “no volvían nunca” eran los tíos y abuelos de estos, que habían emigrado a América. 

El éxodo de mediados del pasado siglo fue “la última gran emigración que hubo de aquella forma”, recordó el alcalde, quien expresó su deseo de que lo que él vivió “siendo niño, no se repita nunca más” y que si ahora se repite, por la salida de talento, que “sea con la posibilidad de volver”, porque lo que la gente quiere es vivir en su tierra, aseguró el alcalde.