El Centro Lalín, Agolada e Silleda en Buenos Aires distinguió a 13 mujeres de la colectividad en el Día de la Mujer

En el marco de la conmemoración del Día de la Mujer, la comisión de Cultura del Centro Lalín, Agolada e Silleda en Buenos Aires, que preside Celia Ledo Otero, con el acompañamiento de la comisión directiva de la institución, encabezada por José González Costa, distinguió a 13 mujeres de la colectividad en reconocimiento a su trayectoria profesional y personal.

El Centro Lalín, Agolada e Silleda en Buenos Aires distinguió a 13 mujeres de la colectividad en el Día de la Mujer
Centro Lalin-Entre el público las homenajeadas
Las homenajeadas, entre el público participante.

Este año, las homenajeadas fueron Milagros López Puente, Mariana Ruiz, Viviana Pazos Martínez, Carolina Silva Aranda, Ana Cacopardo, Rocío del Cielo, Rocío Carbia López, Maricarmen Castro, Graciela Pereira, Beatriz Lagoa, Maria Núñez, Carmen Rodríguez Penas y Patricia Ortiz.

Se trata de rendir un homenaje a las mujeres, algunas anónimas, otras no tanto, que tanto en la actividad pública como privada demuestran capacidad y coraje, destacó Celia Ledo Otero.

La reconocida dirigente gallega dio comienzo al acto con la lectura de ‘Las mujeres de siempre’:

“Nacer mujer, hasta hace poco, era una desgracia para las familias de muchas regiones del mundo, entre ellas Galicia.

Hacían falta brazos fuertes para arrancar a la tierra el sustento.

En esta visión de que las mujeres son de menos valor, que no cuentan en las coas de hombres, es que transcurrió la vida de millones de españolas a lo largo de los siglos.

En esta visión de que las mujeres son de menos valor, que no cuentan en las cosas de los hombres es que transcurrió la vida de millones de españolas a lo largo de los siglos.

En los últimos años y gracias a los numerosos movimientos por los derechos de las mujeres se han plantado banderas que son indiscutibles.

Su papel en la sociedad ya no debiera ser discutible, aunque continua siendo un camino inconcluso, transitado por mujeres  de uno y otro continente, hermanadas por las desigualdades, por la falta de paridad, por la que  discriminación, en mayor o menor escala.

Por eso les debemos un homenaje no solo a las que se destacan en las actividades más visibles, sino a las que no fueron visibles en la historia. A las anónimas, a las que cultivaron sobre la piedra, lavaron en agua helada de las fuentes y mantuvieron el fuego de la lareira cuando los hombres emigraron.

A las viudas de los vivos, a las que enterraron a sus muertos, o a las que nos supieron más de ellos. A las que se subieron a un barco son más equipaje que lágrimas y esperanzas.

A mi madre y a la tuya”.

Tras la entrega de los diplomas, se sirvió un refrigerio.