Castelo se llevó el oro en la categoría de Cebreiro

“Este premio es un reconocimiento al trabajo constante”

El queso Castelo, de la quesería Castelo de Brañas, ganó el galardón de oro en la categoría de Cebreiro de las Catas de Queso, un premio que ya ha recibido en numerosas ocasiones como comenta Adrián Pérez, el responsable de esta empresa familiar que comenzó a funcionar en 1989 y quien asegura que “este premio es un reconocimiento al trabajo constante y sin cambios durante más de 35 años”. 

“Este premio es un reconocimiento al trabajo constante”
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Adrián Pérez recogió su galardón de oro en la categoría de Cebreiro, que le entregó Enrique Fernández, presidente de la DOP Cebreiro.

Para el responsable de esta empresa, el galardón supone “valorar la apuesta por una forma de trabajar, la búsqueda de lo sencillo, la calidad y buscar esa singularidad a partir de la normalidad del trabajo cotidiano”. En referencia a la influencia que este galardón pueda tener en la empresa, Adrián Pérez explica que, en general, “el público valora cualquier sello de calidad que tiene el producto y modifican sus hábitos de consumo, pero en nuestro caso no encontramos un impacto directo” en la venta, pero sí tiene repercusión a “nivel mediático, ya que aparecer en medios pone el foco en el producto y sobre todo es para lo que sirven estas cosas”.

La quesería Castelo de Brañas es una empresa de carácter familiar situada en Pedrafita do Cebreiro, en pleno Camino de Santiago, algo que según explica no tiene un impacto directo en la venta “porque los peregrinos tienen que portear”, pero sí en darse a conocer ya que prueban los productos y conocen los sitios y luego, en muchas ocasiones, vuelven con la familia y amigos y “ahí sí que repiten y compran”.

“De los peregrinos –asegura Adrián Pérez– no vivimos pero es una vía para llegar a nuevos mercados y públicos pero luego tienes que estar allí. Si vienen de Madrid, Barcelona, Valencia y Chicago, pero luego no tienen en su entorno dónde comprarlo, tampoco haces nada. El paso que intentamos dar es ponerlo a disposición de los clientes en las principales ciudades españolas”.

En todo caso, “la mayoría de la producción se queda en Galicia y un 20% se va para el resto de España, Madrid, Barcelona y Valencia, sobre todo donde hay gallegos que son nuestros embajadores y funciona mejor el producto”, asegura el responsable de la empresa, quien reconoce que fuera de España están de forma testimonial en países como Dinamarca y recuerda que al ser un queso fresco es muy difícil tener presencia en países de América porque este queso tiene una vida de dos meses y si lo mandan por barco le queda muy poca vida útil y en avión se encarece mucho el producto. 

“Lo que va para fuera de España es testimonial” como su presencia en Zanzíbar “porque alguien que lo probó y tiene un hotel quería tenerlo en su mesa de quesos”.

Esta empresa no tienen grandes planes de expansión porque quiere atraer a los consumidores al territorio para que lo consuman cuanto más cerca mejor. Además, no quieren aumentar la producción para no cambiar las elaboraciones ni automatizar los procesos. “Al final –concluye–, esto se hace queso a queso y ese es el camino”.